En la parashá Vaierá nuestros sabios relatan que hubo una discusión entre los dos hijos de Abraham causada porque Ishmael le hizo alarde a Itzjak de haber efectuado la circuncisión a los 13 años de manera consciente, en tanto que Itzjak lo hizo a los 8 días de nacido sin voluntad. ¿Qué tiene más mérito: convertirse en un socio de Di-s de manera activa ó pasiva?
Existen muchas maneras de analizarlo, pero hay una contundente: נַעֲשֶׂ֥ה וְנִשְׁמָֽע Naasé venishmá fue lo que respondió el pueblo cuando se le ofreció la Torá: “Todo lo que habló el Eterno haremos y escucharémos” (Exódo 24:7), ese es el grado de compromiso de los hijos de Di-s, que sin saber lo que les esperaba se comprometieron con el Señor, como un niño recién nacido al que se le circuncida para entrar en un pacto sin conocerlo.
Es común que cuando se nos pide compromiso, respondamos como lo hizo el pueblo de Amón, Moav y Esav, que cuando el Señor les ofreció la Torá, lo primero que atinaron a decir fue: ¿qué está escrito en ella? Para luego rechazarla. Nosotros, al igual que ese Midrash, tendemos a cuestionar si lo que se nos ordena nos conviene o nó, como si supiéramos lo que nos conviene, y cuando sospechamos que no entonces tomamos decisiones que se acomoden a nuestra incomodidad, es como buscar estar bien no estando bien.
Tal y como la Rebetzin Jungreis expresa en su libro “La Vida es una prueba”, la fe en Di-s no es un juego de “mezclar y combinar” así como la Torá no es un libro que pueda simplemente leerse. Por eso se circuncidan nuestros hijos a los 8 días, porque el pacto con el Creador del Universo va mucho más allá del conocimiento, del discernimiento, no queremos cometer el mismo pecado de Adán, el querer saber lo que Di-s sabe, lo que si debes hacer es: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas” [Deuteronomio 6:5]
Ahora bien, nunca es tarde para comprometerse, Abraham también nos lo enseña en esta parashá: tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado y por eso el Señor no tardó en aparecer וַיֵּרָ֤א (Vaierá), entonces ánimo, seguramente el Señor estará aguardando a que tú, sin pensarlo, también te comprometas con Él.
Bibliografía
- Colección las Joyas de la Corona. Editorial Bnei Sholem
- Colección El Midrash dice. Editorial Bnei Sholem
- Libro “La Vida es una prueba”. Rebetzin Esther Jungreis