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La vida es una suma – Parashá Jaie Sará

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La parashá Jaie Sará empieza así:

“Fue la vida de Sará: cien años, veinte años y siete años: (estos fueron) los años de la vida de Sará”

Génesis 23:1

Rashi explica que la razón por la cual se divide la vida de Sara en tres periodos es porque cada uno de ellos guarda una singularidad:

  • Cuando tenía 100 años, ella era tan limpia de pecado como cuando tenía 20 años
  • Cuando tenía 20 años, ella aún conservaba la belleza de una niña de siete años (no requería cosméticos, etc)

La grandeza de esta mujer era que además de bella, permanecía intacta su pureza e inocencia, según Bereshit Rabá 58:1, su belleza no era meramente física, sino que esta era una expresión de su alto nivel espiritual. También los sabios talmúdicos en Bereshit Rabá Noaj 1 aplicaron a Sará el versículo:

“El Eterno conoce los días de los íntegros”

Salmos 37:18

Y agregan que así como ellos (los justos) son íntegros, así también sus años son íntegros por lo que Sará fue un ejemplo de continuidad tanto en su comportamiento como en su belleza. A este respecto hay una enseñanza muy bonita del Rabbi David Fogrman de AlephBeta.org que en términos quisiera compartirles para complementar lo ya mencionado.

A lo largo de los procesos que tenemos en nuestras vidas tenemos dos opciones:

  1. Pasar por cada una de nuestras etapas, “superarlas” y no incorporar nada de ninguna de ellas para transitar a la siguiente
  2. Pasar por cada etapa acumulando lo extraordinario de lo ya vivido para disfrutar aún más la siguiente, por ejemplo: vivir esos 20 años con la inocencia y pureza de cuando tenías 7, vivir tu vejez, con la integridad y vitalidad que tenías a los 20 pero ahora con más experiencia, etc.

Pareciera que muchas veces “vivimos” nuestras vidas en piloto automático, pasamos los momentos más importantes de nuestras etapas sin saborearlos para llegar a una recta final insípida y sin nada en especial. Hagamos como Sará, seamos personas que disfrutan cada situación degustándola con lo mejor que ha quedado de las diferentes etapas que el Señor nos ha regalado, para que al final, podamos ser considerados íntegros, hermosamente sabios e inocentemente alegres.

“Oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente”

3 Juan 1:2-11

Bibliografía

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