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Noaj a velocidad crucero – Parashá Noaj

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La parashá Noaj se encuentra comprendida en Génesis 6:9-11:32 y relata que Noaj estuvo dentro del arca durante un año… un año! ¿Qué hizo Noaj durante todo ese tiempo? Todo menos descansar.

Nuestros sabios enseñan que nuestro nombre tiene mucho que ver con nuestro propósito, la raíz del nombre hebreo Noaj (Strong 5146) tiene múltiples connotaciones, la mayoría de las cuales tienen con ver con reposo, asentarse, dejar, descansar; pero entonces ¿cómo podemos relacionarlo en el caso de Noaj?

Pues bien, lo primero que podemos aclarar es que la paz es un estado para el que se debe trabajar, es una consecuencia de mucho esfuerzo y por eso Noaj estuvo bien atareado: les llevaba comida a los animales, limpiaba cada espacio y acudía a satisfacer todas sus necesidades.

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”

[Mateo 5:9]

Ahora bien, hay un dato particular de la tradición oral que es necesario traer a colación. Si bien los animales no eran particularmente agradecidos si se portaron juiciosos, se cuenta que en el arca había todo tipo de animales, bestias, carnívoros, domésticos y especies dóciles, pero aún así los depredadores no consumieron a los animales que rutinariamente hacían parte de su dieta, ¿por qué?
El pensamiento Jasídico expone que el arca de Noaj representaba a un microcosmos, era una representación de la era del Mashiaj que profetizó Isaías:

“El lobo y el cordero pacerán juntos; el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará de polvo. En todo mi monte santo no habrá quien haga daño ni destruya», dice el Señor”

[Isaías 65:25]

Ese ambiente de paz, de tranquilidad, de reposo, de descanso que traerá el Mashiaj era el que se respiraba al interior del arca de Noaj, y como lo expone la corriente Jasídica, tal vez este fue uno de los principales atributos de Noaj: el de inspirar a su propio entorno en alcanzar ese estado de paz al que debemos llegar con trabajo, dedicación y constancia. Entonces, hagamos como Noaj, y como lo mencionó el Rey David:

“Que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga”

[Salmo 34:14]

Bibliografía:

  • Colección “Las Joyas de la Corona”. Editorial Bnei Sholem

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