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La Independencia del pueblo de HaShem

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HaShem (El Nombre) le reveló a Isaías que iba a cerrar el entendimiento, la percepción y la sensibilidad del pueblo, a lo cual él exclamó “¿Hasta cuándo, Señor? Y él respondió: «Hasta que las ciudades queden destruidas y sin habitante alguno; hasta que las casas queden deshabitadas, y los campos, asolados y en ruinas; hasta que el Señor haya enviado lejos a todo el pueblo, y el país quede en total abandono. Y si aún queda en la tierra una décima parte, ésta volverá a ser devastada. Pero así como al talar la encina y el roble queda parte del tronco, esa parte es la simiente santa.»” [Isaías 6 11:13].  Pues bien, revisando la historia se encuentra que en efecto HaShem mantuvo desolada por muchos siglos a Eretz Israel (la Tierra) y hasta no hace mucho esta profecía se terminó y empezó una nueva con el retorno de almas Judías a reconquistarla.  En vísperas a la celebración de su declaración de Independencia (14 de Mayo), este artículo de opinión recopila algunas vivencias de esa difícil pero hermosa aventura en la que se convirtió volver a Eretz (la Tierra) y que se narra en el curso “The history of Modern Israel – From an Idea to a State” de la Universidad de Tel Aviv.

Para el año 1.880 habían 8 millones de judíos, el 90% de los cuales vivían en Europa, mientras que en el territorio desolado de Palestina, que aún estaba en control del Imperio Otomano, vivían unos 300.000 habitantes árabes y tan solo 20.000 judíos. Fue por esta época cuando germinaron los primeros sentimientos “Sionistas” en los judíos que vivían en la diáspora influenciados por el fenómeno de Nacionalismo Europeo, por el antisemitismo, por la desilusión de la emancipación y por la confrontación de su identidad judía con las tradiciones locales de los países donde vivían.

Antes de seguir hagamos un paréntesis para aclarar la relación entre la geografía, la etnografía y el nombre “Palestina”.  Cuenta el historiador Paul Johnson en su libro “La Historia de los Judíos” que los filisteos eran parte de la raza más agresiva de la Edad del Bronce tardío, los llamados pueblos del mar destruyeron lo que quedaba de la civilización en Creta y estuvieron a punto de apoderarse de Egipto.  Cuando Rameses III los expulsó de la región del Nilo, este grupo guerrero se trasladó hacia el norte y se asentaron sobre la costa que adquirió su nombre: Filistea – Palestina (del hebreo Peleset-de la raíz latína Philistinus).  Alrededor del 1.050 a.C., después de que exterminaron a los cananeos de la Costa, los filisteos comenzaron a moverse hacia el interior donde habitaban los israelitas, siendo la tribu de Benjamín la que encabezó la resistencia y por ende fue la principal perjudicada.  Aquí es necesario citar un aparte del estudio del conflicto Palestino-Israelí que hizo Viviana Valbuena en su tesis de grado : esta fue la situación hace 30 siglos pero en la de hoy es importante aclarar que es poco probable que los árabes palestinos de nuestra época provengan de los pueblos filisteos sino que más bien sean descendientes de las tribus descendientes de Ismael que se situaron al norte de la península de Arabia (las tribus de Ismael son una de las 3 razas de árabes que se pueden rastrear), y aquí es importante aclarar que los filisteos no eran árabes, ni semitas y no tuvieron conexión lingüística, étnica o histórica con Arabia o con los árabes.  Ahora bien, todo el territorio adquirió el nombre de Siria Palestina desde el año 135 d.C. cuando el emperador romano Adriano le impuso ese nombre a Judea con el fin de que los judíos expulsados perdieran toda identidad con su región.

Volvamos a 1.880.  El restablecimiento de un hogar para los judíos en tierra Palestina no era una meta fácil y surgieron varios experimentos de Sionismo: el “practico” en el que se destaca la autodeterminación en construir una sociedad hebrea auto sostenible ignorando la presencia árabe; el “político” cuyo autor es Theodor Herlz cuyos esfuerzos lograron crear las instituciones que difundieron sus ideas a lo largo de Europa; el “cultural” cuyo autor es Asher Ginzburg cuyo enfoque estuvo en la promulgación de educación del hebreo, su cultura, sus tradiciones, etc; el “socialista” que pretendía establecer una sociedad colaboracionista sin una expectativa de propiedad privada; el “religioso” que revivía el nacionalismo judío bajo la base de la fe judía.

Al leer la historia, se concluye que ninguna alternativa por si sola fue la solución y a pesar de ser posturas muy diferentes entre sí, los líderes Judíos, basados en su histórica cultura y experiencia debatiendo ideas, pudieron encontrar una base de acuerdo y articularon un Sionismo “Sintético” con algunos ideales más o menos demarcados para crear una comunidad judía viable en Palestina:

  1. Los judíos deberían ser mayoría en la tierra.
  2. Agenda práctica: se debía comprar tierra, favorecer la inmigración, financiar obras, construir instituciones y una sociedad.
  3. No se debía declarar una meta final, más bien se debían enfocar todos los esfuerzos en construir la viabilidad de desarrollo de la sociedad sobre esa tierra.
  4. Los árabes eran habitantes de la tierra pero no compañeros en la construcción, como a futuro si se consideró a los ingleses.

Las migraciones y la mano de HaShem

La historia es cíclica y al igual que las deportaciones por mandato del Imperio Persa (Ciro y Dario) y luego en las dirigidas por Esdras y Nehemías, el pueblo empezó a retornar a su tierra por oleadas de almas.  Los primeros Sionistas llegaron en el periodo comprendido entre 1.882 y 1.904 y los segundos entre 1.905 y 1.914, eran Judíos provenientes de Europa del Este y Rusia, eran personas valientes que soportaron la desolación, las enfermedades y la inseguridad que vulneraban a diario su aventura, pero que vieron la mano de HaShem por medio del apoyo de filántropos y de “la oficina Palestina del movimiento Sionista” liderada por Arthur Rupin, un judío alemán experto en demografía y agricultura, quién invertía el capital de donadores particulares en la compra de tierras a los árabes para entregárselas a los grupos de inmigrantes, a quienes se les capacitaba en agricultura y así se formaron los primeros kibutz. En esta época se produjo un nuevo punto de inflexión en la reconquista de la tierra porque partir del año 1.909, con la fundación de los Kibutz Deganya y Tel Aviv, nuestros valientes incursionadores empezaron un despliegue urbano masivo en varios focos geográficos de lo que hoy es Israel, demostrándole al mundo que si se podía. “Así dice el Señor Todopoderoso: »“Al remanente de este pueblo podrá parecerle imposible en aquellos días, ¿pero también a mí me parecerá imposible?, afirma el Señor Todopoderoso.” [Zacarias 8:6].

El remedio antes que la enfermedad

La primer guerra mundial estalló en Europa en 1.914 impidiendo la evolución de las actividades Sionistas: sus oficinas principales quedaban en Berlín, su centro de operaciones financieras en Inglaterra, los candidatos a emigrar principalmente vivían en Rusia y la tierra seguía bajo control Otomano, siendo imposible la comunicación entre unos y otros.  Estos años de guerra fueron especialmente duros para la comunidad judía en Palestina porque la autoridad Otomana arreció aprovechando la ausencia de respaldo económico y logístico Europeo a los inmigrantes, pero con lo que no contaban los otomanos era que HaShem había hecho una promesa a sus hijos: “En cuanto a ti, por la sangre de mi pacto contigo libraré de la cisterna seca a tus cautivos.  Vuelvan a su fortaleza, cautivos de la esperanza, pues hoy mismo les hago saber que les devolveré el doble” [Zacarias 9 11:12].  El ejército británico entró en el territorio Palestino en 1.917 y con la ayuda de los franceses y después de un (1) año obtuvieron el control de la zona.  Tanto Franceses como Británicos se repartirían la zona siguiendo el acuerdo Sykes Picot, el cual cambió la relación postguerra entre Judíos y Árabes al terminar con la existencia de 400 años de dominio del imperio otomano (por eso el Estado Islámico actualmente busca revertir este acuerdo, ellos buscan tener el dominio que tenían los otomanos).

Sykes-picot

Los Británicos se enfocaron en conservar sus intereses del canal de Suez y el paso hacia la India, y en medio del agite político emitieron la declaración Balfour en cuya carta el gobierno británico manifestó su simpatía (mas no su compromiso) por establecer un hogar para los judíos en Palestina siempre y cuando no se afectaran los derechos de las personas árabes que ya vivían en la zona. Esta es la traducción que hace Wikipedia al contenido de la carta Balfour:

“Foreign Office, 2 de noviembre de 1917.  Estimado Lord Rothschild: Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él. «El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país. »Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista.  Sinceramente suyo, Arthur James Balfour.”

El control británico (1.920 a 1.930)

Una pregunta antes de seguir: ¿Por qué fueron los Británicos los que “liberaron” al pueblo del régimen Otomano?, ¿Por qué no Francia, EEUU, etc?. Nada es casualidad, que te parece si planteamos que realmente los que llegaron a liberar al pueblo no eran extranjeros sino hermanos Israelitas? evaluemos esta posibilidad.  La palabra “pacto” es sin duda parte de la herencia del pueblo de Israel, ellos eran reconocidos y se hacían conocer como la “gente del pacto”, y así proclamaban su identidad al mundo. Esta palabra en hebreo es “Berith” y sin vocales, como lo era en el antiguo lenguaje hebreo y fenicio, queda B-R-T. Escribe Steven Collins en su libro “The Lost ten tribes of Israel…found”:

“los primeros cronistas británicos registran que un rey Brutus llegó desde el Mediterráneo oriental con centenares de barcos para colonizar la gran isla ubicada al noroeste de la masa de tierra europea, y le dio el nombre “Briton” o “Brittania”.  La fecha aproximada para este evento es 1.103 a.C … aunque a Brutus se le atribuía una ascendencia troyana en los relatos antiguos, él portaba la palabra hebrea B-R-T en su nombre (BRuTus), y aplicó la misma palabra hebrea a su nueva patria (BRiTon).  En otras palabras, el nombre del rey Brutus le identificaba como un miembro del pueblo del pacto y al nombrar a su nueva patria como “Briton”, él estaba proclamandola como un territorio para “la gente del pacto”… A pesar de que no puede ser demostrado que los colonos que llegaron con Brutus eran todos Israelitas, el hecho de que la palabra hebrea B-R-T fuera utilizada en el líder de la expedición y en su nueva tierra son argumentos para establecer el rol Israelita dominante en la colonización temprana británica … en Jueces 5:17 se relaciona la presencia náutica en el mar mediterráneo de la tribu Israelita de Dan (alrededor del año 1.200 a.C), lo que indica una tradición marinera entre los Israelitas un siglo antes del tiempo del rey Brutus … A menos que la flota de colonos que llegaron con Brutus fueran predominantemente Israelitas, ¿Por qué le hubiesen permitido nombrar a su nuevo hogar con una palabra tan íntimamente relacionada con las tribus de Israel? “

Volvamos al siglo pasado.  El control británico se ejerció hasta el mes de Mayo de 1.948 con el cual se tuvo una afinidad ambivalente, porque por un lado los británicos y los inmigrantes judíos (a quienes se denominó Yishuv) compartían mucho de la cultura europea haciendo florecer la tierra en muchos aspectos, pero por otro lado los británicos restringían políticamente el proyecto Sionista cada vez que existía una revuelta árabe.  La primer organización que se creó en contra de los Sionistas se denominó “Musulmanes-Cristianos” con revueltas marcadas por un fuerte componente religioso en 1.920 y 1.926/1.929, lo que motivó la creación de una comisión británica para estudiar sus razones y cuyos resultados se presentaron en 1.930 con la emisión del “Passfield White Paper” donde se restringía el proyecto Sionista.

HaShem empujando y repitiendo la historia

“Así dice el Señor Todopoderoso: »“Salvaré a mi pueblo de los países de oriente y de occidente.  Los haré volver para que vivan en Jerusalén; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, en la verdad y en la justicia.” [Zacarias 8 7:8].   La ola de inmigración más grande hasta ese momento se dio entre en 1.930 y 1.939, con el arribo de 250.000 nuevas personas, 40% de los cuales eran profesionales alemanes huyendo de los Nazis.  Muchos países le cerraron las puertas a los judíos, desafortunadamente Colombia también lo hizo por decisión del Canciller Luis Lopez de Mesa y del presidente Eduardo Santos (tío-abuelo del actual presidente Juan Manuel Santos).  Rolf Goldschmidt (amigo de la Kehilat Yovel) en su libro “Destinos Truncados” cita las posturas de diferentes países a los requerimientos de visado de los judíos que huían de las garras y fauces Nazis:

La del Canciller Colombiano Luis Lopez de Mesa: “… las visas para judíos quedaron terminantemente prohibidas por orden directa del Canciller a todos los consulados en Europa.  Con su explicito antisemitismo, opinaba el canciller Luis Lopez de Mesa que cinco mil judíos, de los cuales muchos habían inmigrado sin dinero ni trabajo, ya bastaban en Colombia; que no se podía correr el riesgo de que ellos le fueran a quitar trabajo a colombianos y por otro lado, que esa mezcla de raza al actuar los judíos con su forma peculiar y distintiva, el Estado no puede tolerar que se incorporen a la vida de la Nación gentes que vengan a acrecer los males que con tantísimo esfuerzo procuramos disminuir o aniquilar”.

La del Ministro de Relaciones exteriores de Gran Bretaña Samuel Hoare: “Tenemos aquí la oportunidad de tomar la generación joven de un gran Pueblo.  Aquí está la oportunidad de mitigar hasta cierto grado el terrible sufrimiento de sus padres y sus amigos”.

Que tristeza y peor aún, que pena con HaShem y con su pueblo, que nuestro Padre tenga misericordia de nosotros… mejor volvamos a Palestina, “Judá e Israel, ¡no teman, sino cobren ánimo! Ustedes han sido entre las naciones objeto de maldición, pero yo los salvaré, y serán una bendición.” [Zacarias 8:13].  Este capital humano profesional (el proveniente de Europa que le huía a Hitler) sufrió un fuerte choque cultural en todo aspecto cuando llegó a la tierra pero para los judíos que ya vivían en Palestina fueron una bendición (nació la filarmónica, las olimpiadas, la universidad de Jerusalén, museos, etc). Todo esto enraizó una nueva y especial generación de judíos a los que se denominó “Sabra” quienes tenían al hebreo por idioma y vivían una afinidad interesante con la tierra tendiendo a relacionarse más con temas nacionales que con temas intelectuales.  Sus padres, los aventureros, amaban la tierra porque sabían que debían estar allí pero tenían esa dualidad de extrañar el país de donde provenían y a la misma vez querer estar en el nuevo, cosa que no sentían sus hijos pues ahora eran habitantes físicos de la tierra, aprendieron a caminar en ella!!!.  Estos nuevos judíos crecieron aprendiendo las creencias de sus padres pero pensaban que podían hacerlo mejor.” »Así dice el Señor Todopoderoso: »“Los ancianos y las ancianas volverán a sentarse en las calles de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano debido a su avanzada edad.  Los niños y las niñas volverán a jugar en las calles de la ciudad.” [Zacarías 8 4:5].

¿Un mundo ignorando o ignorante?

Los nazis surgieron en 1.933, después de lo cual más de la mitad de los judíos decidieron dejar Alemania.  Lo primero que hicieron los Nazis fue invadir Polonia, un país con más de 3 millones de judíos.  De 1.939 a 1.941 más de 3 millones de judíos se confinaron en guetos, y cuenta la historia que aun así se las arreglaron para continuar la vida, tenían periódico que narraba el desarrollo de la vida al interior del gueto, habían escuelas para los niños y trataron de mantener un estándar mínimo de vida comunitaria.  En la búsqueda demoníaca por aumentar la eficiencia del exterminio humano en todos los países para convertirlos en judenfrei (en alemán “libre de judíos”), los nazis en 1.942 se reunieron para encontrar alternativas para acelerar y mecanizar el genocidio en una conferencia a la que se le llamó “Wannsee” de donde salió la idea de la cámara de gas, la que en últimas se constituiría en la herramienta más efectiva de exterminio: sólo en Auschwitz se asesinó a 1.5 Millones de judíos.  Este es un extracto del “asunto judío” (como ellos despectivamente lo denominaron) tratado por los Nazis en la conferencia Wannsee cuya traducción está en Wikipedia:

“Bajo la correcta dirección y en el marco de la Solución Final, los judíos, de manera adecuada, serán enviados al este para ser usados para el trabajo.  En grandes columnas de trabajo, bajo separación por sexos, los judíos capacitados para trabajar serán llevados a estas áreas para construir carreteras; durante lo cual, indudablemente, una gran parte serán eliminados por causas naturales.  Los del posible remanente final, al formar parte, indudablemente, de la porción más resistente, tendrán que ser tratados de acuerdo a esta condición, como la selección natural que representan, ya que en caso de ser liberados actuarían como la semilla del renacimiento judío. (Véase la experiencia de la historia)”

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Rolf Goldschmidt en su libro “Destinos Truncados” cuenta que los Nazis tenían un Ministerio de propaganda el cual escogió el gueto de Theresienstadt en Checoslovaquia para que fuera el “campo para mostrar” a organizaciones como la Cruz Roja Internacional ante la cual se manejaba un discurso que se resume así:

“Era cierto, decían los nazis que los judíos estaban siendo recluidos, pero en su cinismo inescrupuloso lo justificaban diciendo que era para su protección y que las noticias de la exterminación no eran más que patrañas e inventos de la gente.  Theresienstadt así lo demostraba y siempre que sabían que la Cruz roja los iba a visitar (no hubo ni una sola vez una visita sorpresa), preparaban el gueto para los visitantes, regresando a su cruda realidad al día siguiente.”

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Este cartel hace alusión a la película “El judío eterno” (o El judío errante) dirigida por Fritz Hippler, cuyo documental desarrolla la tesis central en el rasgo de personalidad racial que caracteriza a los judíos como un parásito cultural errante (Mayor información en Wikipedia).

Un hecho para resaltar es que para 1.942 las naciones del mundo recibieron información del genocidio masivo de judíos y no hicieron nada supuestamente esperando a que esta enfermedad se terminará con el exterminio militar de los nazis, esta actitud de indiferencia causó que para 1.945 los nazis ya hubiesen asesinado a 6 millones de personas, que 1/3 de los Judíos fueran exterminados y que el 70% de la comunidad judía europea desapareciera.  Parece que cuando la bestia Hasatan muestra los dientes, el mundo convenientemente se hace el ignorante y crea una doble agenda esperando no ser atacado. Pregunta: ¿Habrá hoy algún país del mundo que amenaza a los judíos, que entidades internacionales lo “vigilan” mediante inspecciones pero nunca sorpresivas y que mantiene un discurso como el de los nazis: “la exterminación no es más que patrañas e inventos de la gente”?. HaShem nos guarde.

Esa era la situación a nivel mundial y en Eretz el agite político y militar no se hizo esperar. Justo antes de estallar la segunda guerra mundial, la Gran Bretaña había publicado el documento conocido como “White Paper” obstaculizando de nuevo las aspiraciones del movimiento Sionista, después de lo cual estos últimos se habían propuesto pelear en contra los británicos, pero una vez estalló la guerra y el Amalek del holocausto se hizo presente, irónicamente los judíos tuvieron que cambiar sus planes y tuvieron que entrar a cooperar con Gran Bretaña dado que era la súper potencia que estaba tratando de contrarrestar al resurgimiento del Amalek de su generación: los Nazis. “Y exclamó: «¡Echa mano al estandarte del Señor! ¡La guerra del Señor contra Amalec será de generación en generación!»” [Exodo 17:16].  La situación de doble formula la resume una declaración de David Ben Gurion: “Tenemos que ayudar con los Británicos en su lucha como si no existiera “White paper”, y tenemos que resistir el “White paper” como si no existiera la guerra”.

En la tierra, la cooperación militar con Gran Bretaña conformó el principal centro de logística (comida, uniformes y equipo) británico del medio oriente y del Norte de áfrica en la que por ejemplo familias hospedaban y alimentaban soldados en sus casas!!!, también se conformó un grupo de resistencia judío entrenado y asistido por los Británicos llamado el “Palmach” para hacer frente al avance nazi del medio oriente y norte de áfrica (un dato interesante es que 38.000 hombres y mujeres judíos sirvieron en el ejército británico).  En todo caso, el exterminio de judíos continuó hasta la rendición de Alemania en Mayo de 1.945.

La diferencia de pensamiento y la confusión árabe

Mientras que en Europa los judíos trataban de huir de los asesinos nazis, en la tierra los árabes se rebelaban contra el mandato Británico en el periodo comprendido entre  1.936 y 1.939, motivados principalmente por el predicador Musulmán de origen Sirio Izz Ad-din al-Qassam, a quien se considera el padre del brazo armado de los Palestinos en contra de los Sionistas (Hámas usó su nombre como el apodo de la rama militar de su organización). Este señor fue asesinado en 1.935 y en 1.936 se presentó la rebelión árabe más fuerte hasta ese momento en contra de los Sionistas.

Los árabes formaron un comité al que llamaron “El comité más alto árabe”, en cuyas rebeliones murieron más árabes por manos de otros árabes que por judíos y británicos. Este resultado en parte se explica porque a diferencia de los judíos, los árabes no tenían un comandante claro, no estaban organizados y había mucha división interna, todo lo que en conjunto imposibilitaba sus propósitos.  En contraste los judíos estaban organizados en la Haganah, la Fuerza de auto defensa judía, la cual en 1.930 ya había empezado a adquirir inteligencia y organización militar. Estas rebeliones fueron investigadas por los británicos por la comisión “Peel” (Julio de 1.937) la cual concluyó que en la rebelión habían dos movimientos nacionalistas y cuya conclusión en últimas motivo la idea de tener dos (2) estados en Palestina.

Una vez se preveía el fin de la segunda guerra mundial, en 1.944 los británicos de nuevo retomaron su decisión antisionista declarada en el “White paper” lo que inevitablemente despertó una actividad que se puede considerar de “guerrillas” liderada por David Ben Gurion mediante “el movimiento de resistencia hebreo” y a la cual los británicos respondieron con fuerza en lo que se conoció como el shabat negro (también conocido como operación Agatha en 1946).

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Entre 1.946 y 1.947 se estima que llegaron 70.000 sobrevivientes del holocausto en 65 barcos, de los cuales solo 4.000 personas lograron entrar a la tierra mientras que el resto fueron capturados por los británicos para ser enviados a campos de detención en Chipre. Estos roces entre inmigrantes del holocausto y soldados británicos perjudicó la imagen internacional del mandato británico y en últimas permitió que los Sionistas ganaran la batalla de la opinión pública. Esta situación empujó a que en 1.947 los Británicos optaran por trasladar el tema de Palestina a las Naciones Unidas, quien estableció un comité de estudio cuya conclusión final fue la sugerencia de particionar la tierra en dos estados. “«Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor —. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!” [Isaías 55 8:9].

En noviembre de 1.947, 2/3 de la asamblea de las Naciones Unidas votó a favor de la partición (Colombia se abstuvo de votar a favor o en contra) en la cual de nuevo la política de intereses fue la protagonista y por ejemplo la Unión soviética apoyó la decisión solo con el ánimo de sacar a los británicos de la zona. Con esta decisión y a pesar de ser la minoría, a los judíos se les asignó el 55% de Palestina bajo la premisa de que las Naciones Unidas preveían una gran inmigración de refugiados judíos de todo Europa (Jerusalén se mantenía bajo control internacional), lo cual fue considerado injusto, totalmente inaceptable para los árabes y su inconformidad desembocó en una guerra. “«Convertiré a Jerusalén en una copa que embriagará a todos los pueblos vecinos. Judá será sitiada, lo mismo que Jerusalén, y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día convertiré a Jerusalén en una roca inconmovible para todos los pueblos. Los que intenten moverla quedarán despedazados” [Zacarías 12:2].

La primer fase de la guerra entre judíos y palestinos (Diciembre de 1.947 a Mayo de 1.948) fue una guerra civil entre judíos y el “Ejército de liberación Árabe” que se le unió a los palestinos en su pelea principalmente por el control de las vías de acceso para seccionar y aislar a las comunidades judías y así dominar la zona, la situación estuvo tan crítica que en marzo de 1.948 las Naciones Unidas sugirieron abandonar la idea de la partición y de nuevo establecer un mandato sobre la zona a cargo de la Naciones Unidas (Esta es la trama de la película “O Jerusalén”).

La sola opción de deshacer la partición se vislumbraba como una derrota total para los judíos que por décadas estaban tratando de reconquistar la tierra de sus ancestros, y esto fue un aliciente para reformular su estrategia e idear el “Plan D” el cual se lanzó rápida y exitosamente en Abril de 1.948 para retomar organizada, concentrada y rápidamente las poblaciones árabes que se encontraban al interior de la geografía del Estado de Israel. Un mes después, el 14 de Mayo de 1.948, estaban declarando finalmente su independencia y el fin del mandato británico.

La segunda fase de la guerra entre judíos y palestinos se dio ya entre el Ejército del Estado de Israel y las fuerzas invasoras de estados árabes vecinos. El desarrollo de la historia que sigue se parece mucho a la que vivió Josafat en contra de los Moabitas y Amonitas que se narra en el segundo libro de Crónicas en el capítulo 20, en el que pueblos de enemigos numerosos se asociaron y le declararon la guerra a Josafat y los habitantes de Judá, ante cuya situación el pueblo de HaShem ayunó y rogó al Señor por su auxilio el cual por supuesto no se hizo esperar pero con un toque especial: los enemigos se confundieron y eliminaron entre sí y lo único que tuvieron que hacer en batalla Josafat y su ejército fue dedicar tres días a recoger el botín!!!. Júzgalo tú mismo:

Al momento de estas confrontaciones (las de 1.948), existían 40 millones de personas árabes en los estados vecinos mucho mejor dotados en armamento que los 650.000 judíos que resistían en Palestina, sin embargo en el campo de batalla los estados árabes no pudieron desplegar su invasión con todo el ejército del que disponían porque parte lo tenían que dejar en sus países para mantener la paz en sus regímenes, mientras que los judíos decidieron pelear a ganar con todo lo que tenían y a cualquier costo con tal de no volver a repetir la humillación y pérdidas del holocausto. “Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes sino mía.” [2 Crónicas 20:15]

Otra diferencia era que entre el conglomerado de los ejércitos Árabes se profesaban poca cooperación entre sí y en cambio sí se hacía evidente una pluralidad de agendas que procuraban obtener ganancias individuales, entre ellos tenían más intereses políticos que sinergias operativas (el Señor creó algo así como un Babel político para confundir y dispersar). Aun así, esta pelea fue muy compleja porque los Israelitas tuvieron que pensar no solo en la estrategia para proteger su población sino que además en decidir qué hacer con los objetivos religiosos, y fue bajo esta presión que el primer ministro David Gurion tomó la decisión de no apropiarse de Jerusalén (porque tenía cómo hacerlo) porque era preferible que la ciudad continuara bajo control internacional y particionada, a que fuera totalmente Israelita y la presión posterior de la comunidad Internacional finalmente los dejara sin nada…pensó él.

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En esta foto de Wikipedia el capitán Abraham “Bren” Adan está izando la Degel HaDyo en Umm Rashrash, marcando el final de la guerra.

En diciembre de 1.948 las Naciones Unidas emitieron la resolución 194 (Colombia votó a favor) cuya interpretación aún es sujeto de discusión entre Palestinos e Israelíes (de hecho solo algunas cosas de las allí escritas se acogieron porque las resoluciones de las Naciones Unidas no son vinculantes y sólo sirven como declaraciones de asesoramiento). La controversia es la siguiente: esta resolución es interpretada por los Palestinos como el derecho incondicional de retornar a los territorios que tenían antes de la guerra mientras que para el gobierno Israelita esta resolución es condicional y se puede desarrollar solo bajo un proceso para otorgar ese permiso por parte de las autoridades Israelitas que tienen soberanía sobre el territorio. Un dato irónico es que aunque los palestinos hoy exigen el cumplimiento incondicional de esta resolución, lo que es un hecho es que los estados Árabes votaron en contra de ella en las Naciones Unidas porque la consideraron insuficiente para sus intereses. Este conflicto de “refugiados” es lo que aún se mantiene sin resolver y lo que aviva el conflicto actual y permanentemente entre Israel y sus vecinos.

Esto querido lector es en resumen como terminó el proyecto de reconquista de la Tierra de Israel, historia difícil pero hermosa, llena de perseverancia, de pruebas, de milagros, de promesas, de profecía.  En el anterior artículo le dedicamos unas palabras a reflexionar porque hasta hace poco la tierra se llamó Palestina, ahora queremos cerrar con algunas palabras para también reflexionar un poquito de porque la Tierra se llama Israel y no Judá, por ejemplo. Para este fin, te presentamos la tesis que expone Steven Collins en su libro “The Lost ten tribes of Israel…found” citando primero los dos pasajes bíblicos sobre los que reposa su reflexión:

“Jerusalén volverá a ser habitada, tendrá tranquilidad, y nunca más será destruida. »Ésta es la plaga con la que el Señor herirá a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: Se les pudrirá la carne en vida, se les pudrirán los ojos en las cuencas, y se les pudrirá la lengua en la boca. En aquel día el Señor los llenará de pánico. Cada uno levantará la mano contra el otro, y se atacarán entre sí. También Judá peleará en Jerusalén, y se recogerán las riquezas de todas las naciones vecinas, y grandes cantidades de oro y plata y de ropa” [Zacarías 14 11:14].

“Y allí pastarán las ovejas del remanente de la tribu de Judá. Al atardecer se echarán a descansar en las casas de Ascalón; el Señor su Dios vendrá en su ayuda para restaurarlos.” [Sofonías 2:7]

Y basado en estas profecías, Steven Collins escribe: “Cuando la moderna nación de Israel se formó por las personas judías en 1.948, fue establecida por los descendientes de la nación de Judá. El nombre nacional de “Israel” fue, técnicamente, un nombre equivocado. Si se hubiera seguido el precedente bíblico, el estado judío en Palestina se hubiese llamado “Judá”… Y tú ¿Qué crees?

Amén y Amén

*Fotos http://www.pixabay.com

Fuentes:

– Curso”The history of Modern Israel – From an Idea to a State” de la Universidad de Tel Aviv – Coursera

– VALBUENA, Viviana. El conflicto Palestino-Israelí: el papel de las identidades (Tesis de pregrado). Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, 2002.

– Libro “Destinos Truncados” escrito por Rolf Goldschmidt

– Libro “La historia de los judíos” escrito por Paul Johnson

– Libro “The Lost ten tribes of Israel…found” escrito por Steven Collins

– Wikipedia

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