En la parashá Bo (Éxodo 10:1-13:16) se encuentra el relato acerca de cómo el Eterno se glorificó con las últimas tres plagas enviadas sobre Egipto para así encausar la salida del pueblo de Israel, también se presenta el mandamiento de la celebración de pesaj, la dedicación de los primogénitos, así como de todo animal primerizo.
El primer versículo de la parasha cita la orden que Moshe (Moisés) recibió del Eterno para ir y enfrentar al Faraón, en la Torah Emet se encuentra una linda explicación de este versículo la cual queremos resaltar en esta oportunidad, por lo tanto, la citamos textualmente:
“Hashem le dijo a Moshé: “Ven a lo de Paró (y adviértele.) (Hasta ahora, Moshé se había encontrado con Paró en diferentes lugares, pero ahora debía ir a su palacio, lo que despertó el temor de Moshé. Por eso, Hashem no le dijo «anda a lo de Paró», sino «ven a lo de Paró», significando «Ven conmigo, no temas, Yo te acompañaré».) Pues Yo hice que él y sus sirvientes se pusiesen tercos, para mostrarles estas maravillas mías (las diez plagas) bien dentro de ellos, y para que le cuentes a tu hijo y a tu nieto cómo he ridiculizado a Egipto y las maravillas que hice dentro de ellos. Entonces sabrán Uds. Que Yo soy Hashem”. (Éxodo 10:1-2,Torah Emet).
¡Que bendición!, El Eterno nuestro Rey, creador del cielo y de la tierra le dice a Moshé (Moisés), ¡Ven conmigo NO TEMAS YO te acompañaré!, Solo por un momento imaginemos la escena, para ese instante el pueblo egipcio ya había recibido siete (7) plagas, pero aun así el corazón del Faraón se había endurecido aún más. Las palabras del Eterno a Moshé (Moisés) reflejan que estaba teniendo un temor natural desde su humanidad, su tarea le implicaba ir y presentarse en el palacio, donde el Faraón muy probablemente tenía toda su guardia, en pocas palabras y diciéndolo en términos del argot popular era ir meterse directamente en la boca del lobo y además ¡retarlo!.
Creo que Moshé (Moisés) tuvo que haber respirado profundamente después de recibir la orden del Señor, y es seguro que en su proceso de inhalación no solo lleno sus pulmones de aire, a la vez su alma y espíritu fueron llenos del valor y confianza plena por medio del Ruaj Hakodesh (Espíritu santo) de que El Eterno todo poderoso, El Elohim (Di-s) de Abraham, Isaac y Jacob estaba con él. Que hermoso, seguramente tuvo el mismo sentir del rey David cuando enfrentó a Goliat: “David le contestó: ―Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado” [1 Samuel 17:45]
Nuestro Abba (Padre) quiere liberarnos de ese faraón que nos ha tenido en esclavitud tal vez por un corto, mediano o largo tiempo, ese faraón que nos ha causado tantos dolores y sufrimientos, y que, además, por si fuera poco, no nos ha permitido salir y tener ese encuentro pleno con nuestro amado Rey.
No sabemos querida comunidad cual es el faraón del cual hoy necesitas ser liberado, ni cuánto tiempo llevas en esa esclavitud, pero lo que sí sabemos es que hoy El Eterno nos está llamando a enfrentarlo y al igual que a Moshé nos dice: Ven a lo de Paró (¡Ven conmigo NO TEMAS YO te acompañaré!). Él quiere glorificarse en tu vida y en la mía, nos quiere libres de todo tipo de yugo o esclavitud para que solo le sirvamos a Él, y así podamos amarlo, adorarlo y santificarlo por la eternidad. Por eso querida comunidad te invitamos a que clames con todo tu corazón al Rey de Reyes para que te libere de ese faraón que tanto dolor te ha causado, y cuando dispongas tu corazón, cree como Moshé (Moisés) y el rey David que Él estará contigo, que Él te liberará y curará tus heridas.
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? Él Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen.” [Salmo 27:1-2].